viernes, 23 de junio de 2017

Minucias diarias

Ahora toca versar con ligereza, sobre asuntos cotidianos, faltos de trascendencia, en los que normalmente no se repara porque se suceden sin apenas sentir, en el cúmulo de acontecimientos simples y circunstancias que sumadas forman un día cualquiera y, "voilà"...... ser conscientes de esas pequeñas vivencias, sentir los momentos, apreciarlos, que no se diluyan al notar su existencia... pues hoy me han pasado muchas cosas, como cada día y para mí las he retenido, e incluso podría compartirlas contigo si así lo deseas. Te advierto, son triviales.

Para empezar te podría contar que estoy satisfecha con la operación bikini y eso que tampoco me estoy sacrificando en demasía, la verdad sea dicha. Sucumbo a ciertos caprichos, soy débil por naturaleza. Para mi sorpresa la báscula me hace un nuevo guiño. Esa leyenda urbana de que pasados los cuarenta el metabolismo se ensaña, no lo tengo yo tan claro. Me rechina a excusa para justificar una incipiente falta de voluntad. Porque con la madurez flaquean los propósitos ya de por sí escasos, entendiendo que no hay complejos y que ya va siendo hora de ponerse el mundo por montera, que todo nos resbale y pecar a mansalva, y adoramos pecar como mortales en el paraiso. Complejos claro que hay, pero la experiencia nos dice que mejor pasarlos por alto, que no se nos noten, y así no se volverán en nuestra contra. ¿Quién no tiene algún conocido de lengua biperina dispuesto a atacar cuando estás desprevenido, aprovechando un momento de debilidad, como a cérvido en la sabana? No le facilitemos la labor.

El día prosigue sobre ruedas, literalmente. Poco tráfico, brisa refrescante, música cuidadosamente seleccionada..... me gusta conducir, jolín, cómo lo disfruto, y eso que no tengo un BMW ni voy a tenerlo por ahora. ¿Por qué no un Lexus?, puestos a pedir....

Llegados a la oficina me sumerjo en el distendido primer café del día. Chascarrillos y sonrisas. Me fijo en ellas, son sinceras, pertenecen a compañeros generosos, que no dudan en regalar este sencillo gesto a la mínima de cambio aunque se encuentren casi en brazos de Morfeo, y me siento como pez en el agua. Y todavía no ha irrumpido nadie que eclipse tan mágico trance. Y se agradece.

Esto de la intensiva está genial, permite siestear a pierna suelta y zambullirse en la piscina cuando cae la tarde y el calor se hace más llevadero, pero la hora de dos a tres es mortal de necesidad. Pasa muy, pero que muy lenta, como la visita al dentista pero sin anestesia. Lo siento hermano, no es nada personal.

Llegar a casa a mediodía es harina de otro costal. Besos de reencuentro y olor celestial proveniente de la cocina. Cómo se vive ese instante después de lidiar con el estruendo de tripas durante más de dos horas. Y es que si me gusta conducir, más me gusta comer. No puedo evitarlo, soy de esa condición. De ahí la concatenación de dietas y privaciones.

La tarde discurre placentera, alternando descanso y obligaciones del hogar, sin más esfuerzo del estrictamente necesario, no nos pasemos, que es verano y todo se ralentiza, incluyendo nuestro tono vital. Estoy barajando seriamente unirme al movimiento cultural "slow" para calmar mi actividad y conseguir ese equilibrio perfecto que pregonan los expertos en la materia. No quiero pecar de escéptica, pero esa parsimonia no puede ser buena, tanto cuajo podría desencadenar un efecto rebote; ataque de nervios fruto de la contención. Y es que para eso hay que servir, y no es el caso.

La tarde se consume sin dilación, mas sabemos que la noche es el último placer del día y nos reconforta. Momentos relajantes, cena verdaderamente slow, ahora sí, y con fundamento; nada por hacer más que conversar sobre el día, sobre los planes de mañana, sobre el fin de semana que se avecina para nuestro regocijo..... y caricias, besos, dulces atenciones y sueños tranquilos. La perfecta despedida para una jornada repleta de matices.

Estoy segura de que habrás encontrado sonrisas en tu camino y que mañana volverán a tu vida. No olvides reparar en cada una de ellas; te garantizo que te harán sentir tan feliz como a mí.





domingo, 18 de junio de 2017

Familia

A quienes han formado parte de mi vida, y ya no están, agradecerles de corazón esos momentos únicos, enseñanzas, afectos, valores. Y recordarles; recordarles con alegría. Hubiera deseado aferrarme a sus caminos con ambas manos, para que no llegasen a su fin. 

Una vez la interpretación fue fugaz, demasiado fugaz, sesgada prematuramente, antinatura; obras por representar, abrazos perdidos,  rostros sin besar, manos por entrelazar...mas el destino dispone, a veces de forma cruel, sin sentido. 

Nuestro paso terrenal es precisamente eso, sólo un paso, más o menos alargado según el sino del caminante, misterio divino el cómo y cuándo cesará su deambular y cada nuevo día es un regalo que nos da la oportunidad de intervenir en nuestra ópera prima.

Y con los que aún nos acompañan en el elenco, procuremos rectificar, acallar el impulso desafortunado, las palabras candentes, las que poco aportan y mucho hieren, ausentes de reflexión. Entendamos que cada situación tiene la importancia relativa que le es propia, ni más ni menos, sin dramas por añadidura. Que todo es más sencillo de lo que parece a simple vista. Que cuando no hallamos respuesta, cuando nos ahogamos en absurdas divagaciones, debemos exprimir la resignación y nutrirnos de ella, pues la frustración es más enriquecedora que los éxitos aunque más dolorosa sin duda... nos dota de fortaleza y versatilidad, nos ayuda a avanzar en la dirección correcta, a asentar cimientos para construir edificios seguros.

Esas personas tan importantes en nuestras vidas edifican cada día a nuestro lado. Nos proveen de cerca, con sus pacientes actos, con sus dulces palabras, con el mejor ejemplo; nos proveen desde la distancia, con el recuerdo de buenos momentos compartidos e ilusión en el próximo reencuentro y la confianza de que lo mejor está aún por llegar.

Por el presente y futuro en familia.






sábado, 17 de junio de 2017

Mi querida y perfecta semilla

Que de la más adversa situación puede germinar el fruto más bello es una realidad.

Mi pequeña semilla llegó a un mundo confrontado; bienestar material, campo de batalla afectivo. Nunca se puede tener todo, buen argumento para el necio; excusa para el egoísta que obvia el sufrimiento ajeno.

Ese delicado fruto tenía que crecer erguido, fuerte, feliz, con palés de cariño, valores y confianza para desarrollarse en todo su esplendor, para llegar a ser lo que quisiera ser.

La vida dispone segundas oportunidades, cambia nuestros destinos para que todo fluya, para que el más indefenso encuentre refugio en un ambiente protector y favorable, para que otras personas de buen hacer irrumpan en el camino para no abandonarle jamás.

Mañanas de colacao, aulas matinales y guardería, tardes de plastilinas y acuarelas, juegos, risas, baños de espuma, nenuco, cenas tranquilas y amor, mucho amor. Sueños celestiales. Serenidad y vida al fin.

Amor que devuelves a raudales en cada mirada, en cada gesto, en bromas y contestaciones chulescas, en cariñosas palabras, amor que me corta la respiración, amor que se une al orgullo fundiéndose en el más cálido abrazo, demostrando cómo de una vida enmendada puede surgir una auténtica obra de arte, un ser noble, sensible, de grandes principios, de gran corazón.

Por más que escriba, por más que trabaje, por más que labore mi hogar, por más que cuide a los que me rodean, nunca saldrá de mi mano una creación más perfecta que mi querida semilla.

Te quiero y por ahora no te compro la moto




Esa amistad...

Toda la vida anhelando encontrar almas gemelas que me hicieran sentir aceptada, especial, respirando en un mundo homogéneo, sin estridencias perturbadoras, sin melodías disonantes, sin obras abstractas.

Toda una vida para comprender que los espejos en los que buscamos nuestro reflejo nos aportan poco más que sopor y somnolencia, que si se rompen no supondría una gran pérdida.

Toda una vida para saber que necesitamos mucho más que nuestra esencia, que no todos somos idénticas gotas de agua, que algunos preferimos ser vapor para poder condensarnos a nuestro antojo y escabullirnos por las rendijas.

Toda una vida buscando el grano de arena en la playa más lejana cuando se alzaba ante mí la más bella montaña, repleta de flores, árboles, cantos de pájaros y nítidos manantiales, pero salvaje y desconocida.

Sin premeditación, serenamente, el universo ha ido encajando un puzzle formado por encantadoras perfecciones e imperfecciones, piezas romas de distintos tamaños, orígenes, intensidades; únicas y fascinantes.

Un entramado que no entiende de límitaciones, libre, tolerante, abierto a nuevas y enriquecedoras piezas, si cabe más originales.

Inocencia, juventud, sabiduría, madurez, irónicas alusiones, picardía, parsimonia, curiosidad desmedida, wikipedia.....afectos, diálogos de besugos, opiniones libres, pieles curtidas, risas, comilonas, bailes y cervezas.... qué mejor compañía....

Gracias por completar mi mundo.

A mis amigos de Imagine



Hacia las profundidades

No te extrañes cuando me veas sin estar contigo, 
no busques explicación a mis ausencias, 
no creas que me cuesta permanecer a tu lado, mi cielo...
mas déjame sumergirme libremente en las profundidades, 
donde mi espíritu ignora cientos de preguntas,
se libera, no responde, no repite, no asiente, se calma, se duerme... 

No seas también carcelero que interroga, 
quien indaga en mis entrañas,
quien intenta atrapar mis palabras, mis sueños, 
quien podría destruir mi remanso de paz,
quien busca donde simplemente no hay nada que buscar,
no lo hagas una vez más.

Permíteme que sea sirena que se desliza por los océanos, 
que los surque abrazada a los delfines, 
que con mi dulce canto atrape a ingenuos marineros, 
sirena de belleza perenne, que no se consuma mortal, 
que no reconozca sufrimiento alguno, 
refugiádose entre las olas, huyendo de la realidad.

Si ves que nado entre mis sueños, 
no me despiertes jamás,
que ya regresaré yo solita,
que pronto estaré de vuelta,
pero así deseo vivir mi vida,
y así quisiera continuar.



Mi amor...

Porque entiendes cuanto hablo,
Porque aciertas lo que callo,
Porque temes mi sufrimiento,
Porque anhelas mi satisfacción,
Porque deseas cuanto poseo,
Porque comprendes mi frustración.

Porque me cubren cientos de nubes,
Porque adoro el cálido sol,
Porque brilla cuando me buscas,
Porque me proteges de su ardor,
Porque te quemas siempre conmigo,
Porque te hielas sin mi amor.

Porque eres mi único refugio,
Porque me dejas sin respiración,
Porque no todo son risas,
Porque no siempre hay emoción,
Porque existe un equilibrio perfecto,
Porque lo sabemos tu y yo.

Porque vivo con el silencio,
Porque respetas mi reflexión,
Porque la vida son otras cosas,
Cosas de mucho más valor,
Fraguadas a fuego lento,
Fluyendo sin represión.

Piensa en todo esto,
Piensa y descansa mi amor.


¿Es mi mundo?


Mi mundo me habla, me grita con desesperación, me zarandea el alma, no acierta a entender que mi burbuja de cristal se rasga con cada palabra, con cada turbia imagen, con cada gesto fugaz, con cada velada agresión, con cada acercamiento a la desgarradora realidad ... ¿cómo subsistir con nuestra fragilidad maltrecha a cada paso? ¿cómo absorver el amor circundante para aferrarnos a su calidez y cicatrizar nuestras heridas con este bálsamo?

Porque no elegimos nuestro mundo,
Porque no debemos permanecer impasibles,
Porque no podemos nadar a contracorriente,
Porque no somos tan libres en nuestra cárcel de oro,
Porque no queremos imponer sentimientos ni valores,
Porque no nos atrevemos a aventurarnos en esa batalla,
Porque el mal es egoísta, ágil, cómodo, frecuente... demasiado poderoso, demasiado fiel, molesto invitado al que no se invita... se arraiga en las conciencias hasta relajarlas sin mesura y ya no hay vuelta atrás. Arena que se escapa entre los dedos, agua derramada, fogata en el monte seco.

Que me devuelvan mi mundo etéreo, repleto de buenas intenciones, de semejantes compasivos, de grandes y pequeñas amistades, de corazones intensos, de nobles actos, de altruísmo desmedido, de calor fraternal, de besos, abrazos, cosquillas, perdones, olvidos....dulzor de caramelos, nubes de fresa.... ese mundo infante, suave e inocente al que quisiéramos regresar arrepentidos, conmovidos y nostálgicos, de sanos límites y profundos referentes, de amor sincero nada más.